Diccionarios y herramientas útiles para escritores, periodistas, guionistas, traductores, correctores y cualquier persona que trabaje con la palabra.
Voy a recopilar los diccionarios que más utilizo para encontrar… ¿la palabra justa?, ¿el término adecuado?, ¿el vocablo exacto?, ¿el verbo apropiado?, ¿la expresión precisa?… Flaubert estaba obsesionado con algo parecido: le mot juste.
Cualquiera que se dedique a escribir, debe tener un cuidado especial con el uso de las palabras. De entre todas las que tengan un significado parecido, hay que usar la que tenga connotaciones o particularidades que describan mejor lo que se quiere transmitir. Hay un consejo muy simple, que no recuerdo quién me dio (a lo mejor me lo autodí), que viene muy bien para no caer en un lenguaje simple y repetitivo.
Siempre que escribas los verbos ser, estar, hacer, tener, ir, ver o decir, detente y tómate un tiempo porque en muchas ocasiones va a haber otro verbo más apropiado.
Lo mismo cabría para los sustantivos, adjetivos, etc. que consideréis que usáis con demasiada frecuencia. Hay también «expresiones comodín» o «expresiones refugio» a las que acudimos de forma inconsciente más de lo deseable. Son vicios que conviene detectar y tener presentes mientras se escribe para que salte la alarma.
Pero vamos al tronco, que me voy por las ramas. Los diccionarios que tengo en mi barra de favoritos del explorador son los siguientes:
Diccionario de la lengua española de la RAE
Es el diccionario de cabecera, aquel que proporciona la definición más precisa de cada término (aunque haya excepciones). Su criterio es el que para mí prevalece en caso de duda. Tengo una edición en papel, pero apenas la uso. El último descubrimiento que he hecho es que si pinchas en cualquier palabra de la definición, te lleva a la definición de dicha palabra.
La Real Academia Española tiene además otros recursos online de gran utilidad. De todos ellos, a los que más acudo son:
Diccionario panhispánico de dudas
Recoge palabras y expresiones que generan las principales dudas: pronunciación, grafías, acentuación, puntuación, plurales, conjugaciones, concordancias…
Banco de datos CREA
Es uno de los corpus de datos de la RAE. En él se recopilan muchos textos escritos en los últimos años. A veces, me tranquiliza comprobar que expresiones que no sé si son muy correctas, ya han sido usadas por grandísimos escritores, aunque eso no quiera decir nada. Si tenéis dudas de cómo funciona, preguntadme, porque al principio resulta un poco lioso.
Existen otros corpus, como el CORDE, para textos más antiguos, el CREA, Versión anotada y el más reciente, con el que todavía no me he enredado: el Corpus del español del siglo XXI.
Alejándonos del vasto mundo de a RAE, encontramos también diccionarios y herramientas que pueden facilitar mucho la labor:
Wordreference
Es un sitio increíble; me imagino que de cabecera para traductores. Para escritores, creo que también. Introduces una palabra o una expresión y la traduce, te aporta sinónimos, enlaza con temas de sus foros en los que se haya tratado… Una joya.
Fundeu
La Fundación del Español Urgente (FUNDEU) está orientada principalmente a medios de comunicación, por lo que trata temas de actualidad, extrangerismos, neologismos… Aquí sus consejos para antes de publicar cualquier cosa en redes sociales.
Wikilengua
La Wikilengua es un sitio abierto y participativo para compartir información práctica sobre la norma, el uso y el estilo del español. Funciona principalmente con artículos que aporta la gente sobre gramática, ortografía, léxico…
Y una de las joyitas la he dejado para el final. No tiene versión online, pero yo no dudé en comprármelo (o en dejármelo regalar) y la verdad es que no me arrepiento. Le he sacado partido. Se trata del
Diccionario ideológico de la lengua española, de Julio Casares
Su lema es: Desde la idea a la palabra; desde la palabra a la idea. Se trata de la obra magna de Casares. Está dividido principalmente en dos partes: la parte analógica y la alfabética. La segunda es un diccionario. La que marca la diferencia, a mi modo de ver, es la primera. Se trata de grupos de palabras afines, ordenados alfabéticamente por la palabra que le sirve de referencia. Es mucho más que un diccionario de sinónimos.
Si, por ejemplo, has detectado que en todos tus diálogos añades dijo Pepe, dijo Pepa, dijo Ramona, dijo Ramón y consideras, con acierto, que queda fatal, vas a este diccionario y buscar decir. El diccionario en este caso te redirige al concepto expresión y allí encuentras una profusión de verbos, sustantivos, adjetivos, expresiones… entre los cuales seguro que encuentras el que buscas. Tanto en esta primera parte como en la segunda, el diccionario, si una palabra viene en negrita quiere decir que es «palabra enunciado» y, por tanto, vas a poder buscar términos relacionados con ella.
La única pega que le encuentro es que es una obra de autor y por tanto no ha evolucionado desde su publicación inicial, a diferencia de otros diccionarios. No obstante, su utilidad es indudable.
Conclusión
(Del lat. conclusĭo, -ōnis, y este trad. del gr. ἐπίλογος epílogos.)
Como epílogo, recordaros que todos somos responsables de este ente vivo que es el lenguaje y tenemos que cuidarlo. Sin embargo, a la hora de escribir, os recomendaría algo que me llevo recomendando a mí mismo mucho tiempo y que no siempre cumplo:
El uso excesivo del diccionario puede afectar a su texto.
Si consultamos dos palabras por frase, nuestro escrito quedará limpio, fijo y esplendoroso, pero fácilmente adolecerá de falta de ritmo. Por no hablar de que tendremos que dedicar una semana a cada párrafo. Quizá habrá que tirar de ellos ya en las correcciones.
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En este enlace he encontrado un tipo de diccionario ideológico que le puede resultar interesante:
http://diccionario.url.ph/
Hola, Óscar. No es el tipo de de diccionario al que me refiero en el artículo, pero gracias por aportar.